Michigan. E. U, -William Garrizón en el año de 1976 mató a
balazos a un jovencito blanco de 16 años de edad sin que le diera motivos, el
asesinato se registró en su propio domicilio al comprobársele lo condenaron a
cadena perpetua, pero abogados lograron que a esa sentencia se redujera a la
mitad ya lograba su libertad en el mes de mayo próximo y se lo impidió el
COVID-19 por lo que amaneció sin vida en su celda.
Las leyes estadounidenses lo
perdonaron pero el destino no lo absolvió y lo privó de su vida, aplicando el
vulgo del que a hierro mata a hierro muere.
Las autoridades estadounidenses redujeron su sentencia que
era a cadena perpetua a la mitad por lo que pasó 44 años en prisión William
Garrizón, ya contaba con alegría su próxima libertad que era en el próximo mes
que no llegó por que amaneció sin vida recostado en su litera, su compañero de
celda les manifestó a las autoridades que el único padecimiento tenía era el
exceso de tos.
Por esto se le realizó la apotosia que reveló que su muerte
fue por el estar contagiado por el coronavirus, este fue el informe que Chris
Gautz, portavoz del Departamento de
Correcciones de Michigan, por lo que la
dependencia de Detroit Press ordenaron que todos los reos que tuvieron contacto
con el hoy occiso fueran evaluados y estos no dieron positivo, sobre esto la
hermana de William Garrizón, está asegurando que a este lo asesinaron para que
no saliera en libertad.
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