El gobierno mexicano no está cumpliendo con el principio constitucional de dar seguridad a los mexicanos y sus bienes; antes se decía que durante las matanzas por el crimen organizado se mataban entre ellos, los hechos sucedidos en Baja California, precisamente en sus tres ciudades principales: Tijuana, Ensenada y Mexicali, dejan constancia de hechos que podrían considerarse actos terroristas, entre las víctimas se encuentra un niño que, seguramente nada tiene que ver con grupos criminales.
En una misma semana el estado de Jalisco y varios municipios de Guanajuato, han padecido la lucha intestina del crimen organizado por enviar mensaje a autoridades, por apoderarse de espacios y por demostrar su poderío, curiosamente el terrorismo desatado recientemente se atribuye al Cartel Jalisco Nueva Generación.
Lo anterior porque el martes pasado elementos de la policía Municipal de Celaya, detuvieron a dos jóvenes de nombres Miguel Carlos y Víctor, ambos vestían uniformes parecidos a los del ejército, chalecos antibalas con las siglas del Cartel Jalisco Nueva Generación, portaban cascos, les confiscaron armas de alto poder y estrellas de las llamadas ponchallantas.
¿Qué está pasando?
Ahora los ataques son directamente a ciudadanos, no se están matando entre ellos, la pregunta obligada es a quién quieren hacerle llegar el mensaje los delincuentes, porque los hechos indican que tratan de poner en evidencia al gobierno y a sus fuerzas de seguridad.
El presidente Andrés Manuel López Obrador declaró el fin de la semana pasada, que buscará la vía legal para que las Fuerzas Armadas se mantengan en labores de seguridad pública después de 2024, sin embargo, a las fuerzas militares ni siquiera les permiten defenderse y los elementos del crimen organizado ya demostraron, que no entienden la política de abrazos no balazos.
En cuanto a la Guardia Nacional se trata de una corporación que no ha mostrado efectividad para dar seguridad, no recuerdo ahora cuál ha sido la actuación de la Guardia Nacional que justifique su existencia.
Sería lamentable que los ciudadanos empezaran a armarse y defenderse de los delincuentes que les cobran “derecho de piso”, que los extorsionan, que los asesinan, ante la complacencia de un gobierno que lo único que ha provocado es el desprestigio de las Fuerzas Armadas con políticas que los limitan a actuar.
…y mientras el terrorismo sucedía en el norte de México, por la inseguridad, un helicóptero de la Marina trasladaba a “Pochichoco”, mascota oficial de del equipo de beisbol Olmecas de Tabasco al estadio “Tumbapatos”.
Para eso se utiliza a las fuerzas Armadas.
En lo personal tengo confianza en las Fuerzas Armadas, pero que los dejen hacer lo que saben, con inteligencia y estrategia, ya lo han demostrado, pero están limitados por su mando superior.
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