La falta de recursos permanece
como uno de los principales factores de deserción.
CIUDAD DE MÉXICO, 29 de
junio.- Aun cuando se trata de un sector privilegiado, en tanto accede y
permanece en las aulas, los alumnos cursan sus estudios con una visión
pesimista del futuro: perciben falta de oportunidades laborales y se ven sin la
formación necesaria para adquirirlas.
Así lo reveló un estudio de la
SEP enviado al Congreso para documentar los problemas que deben solventarse en
los siguientes diez años, periodo que la ley establece para que la educación
media superior, sea derecho universal y su cobertura alcance al total de la
población en edad de cursarla.
Sólo cuatro de cada diez
jóvenes entre 16 y 18 años están matriculados en ese nivel de estudios. La
deserción es alta. Cada año, se estima que, 625 mil muchachos abandonan la escuela.
¿Causas? 35% habla de falta de dinero y otro porcentaje similar “no quiso o no
le gustó estudiar”.
México tiene más de un millón
600 mil jóvenes en esa edad que no estudian porque truncaron su formación al
concluir la secundaria o desertaron del bachillerato; 55% de ellos pertenece a
la población ubicada en los cuatro segmentos con menores ingresos.
Quienes siguen en las aulas
concentran sus preocupaciones en su entorno de violencia, consumo de drogas y
alcohol, incomprensión familiar y falta de integración social.
El estudio de la SEP midió las
percepciones de los principales problemas que los afectan. Para 70.9% es el
consumo de drogas y alcohol; 28% considera la falta de trabajo; 17.6% alude a
la situación del país y 15.8% le preocupa la violencia.
Muy pocos se quedan
La matrícula de educación
media superior se duplicó en 20 años, al pasar de dos millones cien mil alumnos
en 1990 a una cifra actual cercana a los cuatro millones 500 mil.
En el grupo de 16 a 18 años,
la cobertura creció en ese mismo lapso de 29% a 42%. Es una oferta muy diversa
conformada por más de 30 tipos de instituciones; las hay federales, estatales,
autónomas y privadas.
Su principal desafío es la
retención de los jóvenes en las aulas, pues la deserción es alta y la
eficiencia terminal resulta baja.
Cifras oficiales indican que
si bien la mayoría de egresados de secundaria ingresan a nivel medio superior
—un millón 800 mil cada año, en promedio—, 14% dejará la escuela. La
eficiencia terminal es de 64%.
La deserción se acentúa en
México a los 15 años y más. A partir de esa edad disminuye aceleradamente la
asistencia escolar; el fenómeno es progresivo.
Los adolescentes de 13 y 14
años acuden a la escuela en porcentajes de 90% y 95%. Esa cifra desciende a 80%
a los 15 años y cae a 72% a los 16. Para los 17, el porcentaje baja a 62% y cae
casi a 50% a los 18 años. De los mexicanos de 19 años sólo 40% tiene vida
escolar.
Así, de cada cien estudiantes
que ingresaron a primaria, únicamente 36 concluyen su formación en
bachillerato. De los egresados de secundaria, sólo 60% consigue terminar el
bachillerato o su equivalente.
Desigualdades
La posibilidad de desertar
aumenta según la condición social de los jóvenes. Mientras más escasos son los
ingresos familiares, mayor riesgo hay de truncar estudios.
Según el indicador de
cobertura, la probabilidad de realizar estudios de nivel media superior en el
decil más alto es tres veces mayor que la de quien se ubica en el decil más
pobre.
En el segmento de más ingresos
la cobertura es de 100%. En cambio, en el segmento más pobre el porcentaje es
de 36. De manera que del millón 600 mil jóvenes de entre 16 y 18 años que ya no
estudian, 879 mil 520, es decir 55%, pertenecen a los cuatro deciles de menor
ingreso.
El contraste es significativo:
mientras en la décima parte de la población con mayores recursos hay nueve mil
725 muchachos que no estudian, en la décima parte con menos ingresos la cifra
se dispara a 231 mil 188 desertores.
El estudio enviado por la SEP
al Congreso muestra que de los 625 mil alumnos que cada año dejan los estudios
de bachillerato, 61% lo hace en el primer grado; 26% en el segundo y 13% en
tercero.
Hay 11 entidades donde la
deserción es superior a la media nacional: Nuevo Léon (22%), DF (18),
Guanajuato (17), Chihuahua (17), Coahuila (16.9), Morelos (16.9), Campeche
(15.9), Yucatán (15.9), Baja California (15.6), Durango (15.4) y Jalisco
(15.3).
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