La Paz, Méx.- La Unión de Colonos, encabezada por Miguel Angel Castillo Lagunas, dio inicio a la arborización y aplanado del campo de futbol ubicado en la colonia El Pino.
Desde temprana hora, una máquina retroexcavadora comenzó los trabajos para emparejar los bordos y pendientes de la superficie, la cual funciona los fines de semana como espacio para que centenares de jóvenes desarrollen sus habilidades futbolísticas. Al mismo tiempo, un centenar de acacias, ficus y eucaliptos fueron descargados de una camioneta para ser plantados en los alrededores del campo. De esta manera se crea una barrera ecológica que permitirá contener los fuertes vientos del cerro y delimitar el área, protegiendo los inmuebles de los alrededores.
Con esta acción, señaló Castillo Lagunas, quienes practican futbol en esta superficie podrán estar más seguros para desempeñar su disciplina deportiva.
Afirmó el dirigente que con hechos concretos se demuestra la verdadera vocación de servicio, y no como ocurre actualmente en el ayuntamiento de La Paz, donde los servidores públicos solo llegan a “llenarse los bolsillos” y olvidarse por completo de la gente a la cual representan.
Recordó que los funcionarios son “empleados del pueblo”, y por tanto susceptibles de cambio cuando no sirven a sus gobernados. Dijo al respecto que las cosas van a cambiar el año entrante, cuando los verdaderos defensores de la gente asuman la esencia de la política como un arte de servicio.
En su oportunidad, el líder de ejidatarios, Moisés Galindo, hizo ver la necesidad de proteger las áreas baldías del municipio, pues hoy son ambicionadas por invasores y grupos políticos de diversa índole.
Señaló que este campo de futbol es aún objeto de codicia por parte de fraccionadores clandestinos, y los propietarios que unirse para defenderlo con uñas y dientes. “Nos madrugaron con varias zonas, pero ya no podemos hacer nada, porque no hay dinero suficiente para litigios”, expresó el líder, quien señaló que entre los más de 300 ejidatarios de las inmediaciones existe desconcierto para sembrar la tierra, así que prefieren obtener recursos mediante la oferta del espacio.
Dijo que las autoridades municipales se han caracterizado por su apatía y burocratismo, ya que “para darle curso a un escrito de ayuda tardan tres, cuatro o hasta seis meses”, y muchas veces simplemente se encogen de hombros.
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