Toluca, Estado de México, 24 de agosto de 2021. En medio de una polvareda, las manos de artesanas y artesanos dan forma a utensilios prehispánicos que aún prevalecen en las cocinas mexicanas; se trata de los molcajetes que son elaborados mediante al tallado de piedra volcánica.
El molcajete es prácticamente un
mortero de piedra con tres patas cortas, acompañado de un tejolote, pieza que
ayuda a moler gracias a la fricción, principalmente se utiliza para machacar
especies o ingredientes. El beneficio de este utensilio en la gastronomía es
que se obtiene un sabor mineral producido por la piedra volcánica.
La magia inicia desde la extracción de la piedra volcánica, posteriormente es llevada a los talleres para ser seleccionada, con cincel y mazo, donde maestras y maestros del arte popular empiezan a labrar las piedras, con técnicas que se han resguardado por generaciones, quienes han invertido varias horas al día para la producción de los molcajetes.
San Andrés Cuexcontitlán, en
Toluca, y San Pedro de los Metates, en Acambay, son las comunidades donde
existe la mayor parte de talladores de molcajete, una tradición y oficio que le
da identidad al Estado de México.
Los precios varían a partir de
200 pesos, todo depende del tamaño, tipo de labrado y figuras, entre los
molcajetes están los más tradicionales, grandes con cabeza de algún animal y
separadores para poner una variedad de artesanías.
Las maestras y maestros del arte
popular mexiquense han sabido conservar en sus artesanías los rasgos propios de
sus cosmovisiones, como un legado cultural. Por ello el Instituto de
Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado De México (IIFAEM), invita
a consumir productos hechos por manos mexiquenses a través de sus tiendas
Casart.
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