Siempre los mismos, me dijo un joven priista en el Comité Municipal del PRI en el municipio de Nezahualcóyotl.
Sí le dije, siempre los mismos.
-O usted qué opina... me reviró
Así es la política, pero creo que, si te refieres a que siempre son los mismos los que tienen posiciones, es porque son los que le invierten a la política, o tienen una organización que es representativa; debemos entender que la política se hace con dinero y si no hay respaldo económico, pues poco se puede hacer en política.
Aquel joven, del que me reservaré el nombre, me argumentó que entonces dónde quedaba el trabajo político que él ha venido haciendo para beneficio del partido.
Entonces le pregunté que con cuánto dinero contaba para aportar a la campaña, si lo nombraran candidato a una diputación local...
Me contestó aquel muchacho que el dinero lo pone en Partido de lo que le otorga el Instituto Electoral.
Mi respuesta fue en el sentido de que el dinero que le aportaba a los partidos políticos la autoridad electoral no alcanza para mucho, por lo mismo se tiene que financiar con dinero del candidato, siempre respetando los topes que determina la Ley Electoral como financiamiento.
Hasta ahí mi conversación con aquel joven priista.
La verdad es que en tiempos electorales los partidos políticos pasan por una crisis existencial, en la militancia hay quienes creen merecer alguna candidatura, porque han militado durante años en las filas del partido al que pertenecen, sin embargo, en la realidad esos militantes imberbes no entienden que en los partidos se hacen estudios minuciosos sobre los posibles candidatos, con el fin de lograr el triunfo electoral y, en consecuencia, lograr el crecimiento del partido político.
Es lamentable, pero en muchos caos, ni siquiera esos militantes controlan la sección electoral del lugar donde tienen su domicilio, tampoco tienen una organización que respalde su aspiración a ser representantes populares, pero creen que por ir a tocar puertas o porque se desempeñan regularmente hablando en público, ya merecen una candidatura.
Dice Elena Colmenares en su libro “La Excelencia en la política” que: “En política jamás se perdona la menor crítica”, por ello, quien se olvida de este principio puede ser la desgracia para el futuro de su aspiración.
Esto porque muchos militantes se sienten defraudados porque no les dieron la candidatura a la que aspiraban y dicen, “por ahora no voy a votar por mi partido, no reconocen mi trabajo político”.
Quienes quieran dedicarse a la política, además de hacerse de la preparación adecuada, deben entender que la liturgia política está conformada por el servilismo...
Creo que es recomendable la lectura de las obras de Nicolás Maquiavelo, principalmente los “Discursos sobre la primera década de Tito Livio” y claro, la obra más conocida “El Príncipe”.
Maquiavelo no aportó nada nuevo, reflejó en sus obras los vicios de la política de su tiempo, mismos vicios que en la actualidad siguen tan vigentes.
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